LOS DOS CHIQUITOS
Otra vez el tío Lino y la tía Chuspe se iban también a Cajamarca a la fiesta de Corpus. Ella se había antojado del viaje porque estaba embarazada y como no había otra bestia aparente, el tío tuvo que ensillar una yegua preñada para ella.
Se iban despacio, pero por la Magdalena le agarraron los dolores a la tía y ahí no más parió un varoncito. Después de dos días quisieron seguir el viaje, pero cuando fueron a traer las bestias de la inverna encontraron que la yegua también había parido. Entonces dijeron:
-“Nuaymás que encargar al hijito y al potrillo en la posada mientras regresamos”, y se fueron los dos.
Ya estaban por la Cruz del Cumbe cuando oyeron un gritito que desde el pie de los frailotes llamaba diciendo:
-“Taitito... Mamiita..., espérennos”.
Voltearon y vieron que el chiquito venía a toda carrera montado en el potrillo.
ANDRÉS ZEVALLOS
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