EL CORAZÓN DEL TIGRE
Hace tiempo, cuando mi mamá era chica y tanto mi abuelito como mi abuelita aún vivían, mi abuelito se fue al monte. Mi abuelita dijo:
-Vayan al yucal a traer yuca, pues pronto vendrá papá.
En ese tiempo tenían perros. Entonces mi mamá se fue con Mashoque, llevándose todos los perros. El yucal estaba un poco alejado. Llegaron y después de sacar yucas, regresaron subiendo la montaña. Los perros se habían ido adelante.
Cuando mi mamá llegó a la purma, los perros comenzaron a ladrarle a un tigre. En ese momento mi mamá se fue de ahí rápidamente. Sintió un olor feo y cuando ladró un perrito, miró y vio que el tigre había matado a un perro. El tigre la vio y caminó hacia mi mamá y ella corrió hacia una roca.
En ese momento mi abuelito estaba asando lo que había traído del monte. Oyó el ladrar de los perros; sacó su escopeta y corrió adonde estaban. Mi mamá se había subido a la roca. Al llegar, mi abuelito gritó; el tigre oyó su grito y corrió a su encuentro.
Mi abuelito se había subido a un árbol. Allí crecía bastante hierba; por eso mi abuelito no vio al tigre hasta que estaba muy cerca. Le disparó y el tigre corrió y se fue gritando; luego cayó bien echado en el camino. Mi abuelito cargó nuevamente la escopeta, siguió al tigre y lo encontró en el camino. Le disparó de nuevo y el tigre murió. Mi abuelito se lo llevó cargando hasta la casa. El tigre era grande y pesaba mucho. Cuando llegaron a la casa, le sacó el corazón y amontonó leña y la prendió. Cuando la leña ardió quemaron el tigre.
Mi abuelito se quedó mirando el tigre mientras se quemaba, para asegurarse de que se quemaba bien. Cuando ya estaba seguro, mi abuelito puso el corazón del tigre en la repisa. Cuando anocheció, comenzó a relampaguear y parecía que los truenos venían de la repisa. Todos dormían. Cuando amaneció, mi abuelito quemó el corazón del tigre.
Relato amuesha
(Autores: Miguel Valerio I., Julio Gaspar V., Miguel Martín A.
Traductor: Raúl Sinacay P.)
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