LA TARA:
QUÉ ES, CÓMO ES Y PARA QUÉ SIRVE
En muchos lugares de la costa o de la sierra con clima cálido o templado y poca lluvia abunda un árbol llamado tara. Es una planta originaria del Perú y tiene generalmente una altura de tres metros, pero puede alcanzar hasta seis cuando el terreno y el clima son propicios.
Aparentemente es un árbol silvestre más, importante como elemento del ambiente natural, pero sin utilidad comercial, como la mayoría de arbustos. Sin embargo, la tara es de gran utilidad medicinal, artesanal e industrial, por lo cual tiene valor comercial.
A lo largo de miles de años, los campesinos peruanos han ido descubriendo sus cualidades útiles, y nos los han dejado como herencia cultural. Gracias a las observaciones y experimentos de nuestros antepasados, hoy poseemos muchos conocimientos sobre la utilidad de esta planta en la industria, la artesanía, la medicina, la agricultura y la defensa ecológica.
Su madera se utiliza, por su gran dureza, para tallar cucharas y cucharones, adornos artesanales, y mangos de herramientas, como martillos, hachas y machetes.
Su tronco es utilizado para postes, y con sus ramas se hacen duraderos cercos. Naturalmente, también sirve de leña, y para hacer carbón.
Sus frutos --encerrados en vainas de color crema y rosado-- tienen poderosas cualidades astringentes, por lo cual se les utiliza para curtir pieles. Esta cualidad es tan apreciada que varias veces he visto en la carretera enormes camiones cargados con esas vainas. ¿Adónde las llevaban, y para qué? A los puertos del Callao, Chimbote, Salaverry, Paita, Mollendo y Matarani, para exportarlas por mar a Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Japón y otros países.
Asimismo, las vainas maduras son útiles como «mordiente» o «fijador» de los tintes con que ha dado color a las telas de lana o algodón. De esa manera se impide que las telas teñidas pierdan su nuevo color. Sus vainas cuando están verdes sirven como tinte que da a la lana y el algodón un intenso color negro, o una gran variedad de suaves tonos grises.
Los curanderos y curanderas conocen desde hace siglos su eficacia para curar infecciones de la garganta y amígdalas, mediante gárgaras con una infusión de los frutos de sus vainas.
Finalmente, en muchos lugares este arbusto es sembrado en hilera para formar cercos vivos en vez de tapias o de alambre de púa. Así defienden los sembríos de la fuerza del viento o de los animales dañinos.
Y por sus raíces profundas, fácil propagación, resistencia a las plagas, y necesidad de poca agua, la tara es uno de los arbustos más sembrados en las laderas para evitar que el viento y las lluvias causen derrumbes.
AEROPAGITA MEDINA
0