Ishyan,
El Hombre Pez
Había una vez un hombre llamado Ishyan que, por sobre todas las cosas, amaba anzuelear.
Un día, dedicado a su pasión, lo sorprendió una lluvia torrencial. Las aguas, al subir, empezaron a cubrir los pies del pescador. Él estaba muy concentrado en su pesca y entonces el agua le llegó a los muslos, a la cintura... al pecho, ¡al cuello! ¡No hizo un solo gesto!
La creciente ganó sus ojos; los sumergió. Pronto su cabeza también desapareció bajo el agua. Entonces, el pescador se transformó en pez. Al cesar la lluvia, sus paisanos lo buscaron, pero fue en vano.
Un día, uno de sus antiguos compañeros, llegando en canoa, vio un pescado que se doraba al sol, sobre una piedra chata.
Al aproximarse, su sorpresa casi lo hace caer de la canoa: ¡el pescado cantaba, y en él reconoció a Ishyan, el pescador perdido.
Relato cashinahua
(Recopilado por André Marcel D´Ans)