RETROCEDER NUNCA, RENDIRSE JAMÁS
Cada mañana, en todo el mundo quinientos millones de adolescentes y jóvenes van a sus colegios de educación secundaria. En el Perú son casi dos millones y en unos casos avanzan por las calles de pequeños pueblos o grandes ciudades. En otros casos, caminan por cerros o quebradas, atraviesan pampas y bosques, cruzan ríos y lagos.
Caminan bajo un sol ardiente o envueltos en la niebla, y a veces bajo la lluvia o sobre la nieve.
Son alumnos y alumnas de la costa, la sierra y la selva que hablan cuarenta y tres diferentes lenguas vernáculas, además de castellano. También visten de maneras distintas, según el clima. Y todos van a aprender más o menos las mismas cosas.
Si ese diario viaje a las aulas se detuviese, la humanidad regresaría rápidamente a la barbarie. Ese viaje diario a sus colegios significa progreso.
Cada colegial es parte del gran ejército civil que lucha contra la ignorancia y la miseria. Tus libros y cuadernos son tus armas. Tus enemigos son la ignorancia y la pobreza. El campo de batalla es tu tierra. La victoria es la civilización, el progreso, el bienestar.
Por ello, cada día que no lees, o que faltas a la escuela retrocedes en esta larga lucha contra la ignorancia y la pobreza.
Quien deja el colegio se causa un grave daño a sí mismo, y lo hace también a su familia y a su pueblo.
Sé valiente, estudiante peruano, y esfuérzate en aprender cada día más. Alégrate, porque así cada día mejorarás tú, y gracias a ti mejorarán tu familia y tu pueblo.
EDMUNDO DE AMICIS (Adaptación por E. Ledesma Z.)