CASI DEMASIADO TARDE
Un día, al salir del colegio y dirigirse a su casa, mi primo Lucho y varios compañeros suyos corrían por una calle de Huancayo. De pronto, sorpresivamente, se le acercó por atrás un perro y lo mordió en una pierna. Lucho dio un grito y el perro huyó en silencio, sin ladrar, tal como se le había acercado.
Lucho se arremangó el pantalón, vio en su pantorrilla una pequeña herida y después se fue a su colegio cojeando ligeramente. La pequeña herida cicatrizó el mismo día y mi primo se olvidó del asunto, pero no volvió a pasar por esa calle. No se lo contó a nadie.
Días después, yendo en el micro hacia su colegio, comenzó a mirar por encima del hombro el diario que leía un pasajero sentado. De pronto, el titular de una noticia despertó su interés y sospecha que se convirtieron en angustia al leer todo el texto:
Lucho quedó horrorizado, pero aún no dijo nada. Estuvo muy triste ese día en el colegio, sin ganas de jugar. Al regresar a su casa, su madre notó su tristeza y preocupación, y con mucho cariño le preguntó qué tenía. Lucho entonces le contó toda la verdad a su mamá, y ésta lo llevó de inmediato a la posta. Al ponerle la primera inyección, la doctora Katia Calderón Maldonado, medio en broma, medio en serio, le dijo:
--¿Sabes? Te demorabas un par de días más en contarle a tu mamá y tú también habrías estado queriendo morder a la gente. Y eso tye habría pasado ‚por no hablar a tiempo.
Karen JARA
EN PELIGRO MORTAL
CUATRO MORDIDOS POR CAN RABIOSO
Diez personas mordidas por un perro con hidrofobia ya han sido vacunadas para detener su terrible mal. Otras cuatro están en peligro de muerte si no acuden de inmediato al hospital o Posta Médica para ser vacunadas.
Es urgente que esas personas --al parecer, colegiales-- sean vacunadas antes de pasado mañana. Si no lo hacen, su mal ya no tendrá remedio y morirán antes de dos semanas.