EL OSO Y EL CAZADOR

En el año mil novecientos cincuenta y cinco llegaron los primeros pobladores a un lugar que tenía una pampa entre los montes. Talaron los árboles y sembraron plantas como maíz, yuca, plátano y café. Pasaron los meses y las plantas produjeron, pero los animales comenzaron a comerse los choclos, las yucas, los plátanos y otros productos que habían sembrado. Lo hacían muy astutamente, sin dejar huellas. Sólo arrancaban lo que les gustaba.

Las personas se dieron cuenta de que algo pasaba con los frutos, porque no cosechaban nada. Pero no sabían quién se los comía. Sin embargo, poco a poco se dieron cuenta de que eran osos. Osos que comían frutas. Eran unos osos negros que tenían pelo blanco alrededor de los ojos.

Las personas se reunieron para matarlos a los osos y ni uno de los campesinos dejó de ir solo de su casa al maizal. Y un hombre llegó a su chacra y se escondió en una mata de plátano y vio que llegó un oso al maizal y comenzó a arrancar las mazorcas de maíz. Las amontonaba, las pelaba y se comía los choclos tiernos y jugosos. Era un oso enorme, negro, con pelaje blanco alrededor de los ojos.

El hombre al ver al oso sacó su escopeta y le quiso matar disparándole un tiro. Pero no salió el tiro. A lo mejor el cartucho estaba pasado o mojado o el gatillo no funcionó.

Entonces el oso lo oyó, volteó la cabeza y lo vio y se fue hacia él. El hombre se asustó y gritó y entonces los vecinos lo oyeron y fueron corriendo a ayudarlo a matar al oso. Corriendo y gritando, los campesinos lograron matar entre todos al enorme eso de anteojos. Desde ese tiempo la gente denominó a ese lugar con el nombre de Pampa del Oso, porque es pampa y había bastantes osos. Por eso.

Diana Cusi Dávila (Alumna del 3er. Grado en la Institución de Educación Secundaria Rural a Distancia, de Pampa Tigre, Junín)

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